Usted tal vez ya haya estudiado las señales y reglas de tránsito, viendo qué es tal o cual señal o instrumento vial, pero tal vez sería más apropiado repasar qué no es cada uno. Veamos:
El semáforo
Ese impertérrito poste metálico doblado con vistosas luces en su extremo superior se inventó para ordenar el tránsito o para impedir colisiones en los cruces. Veamos algunas particularidades sobre sus luces:
La senda peatonal
Una de mis favoritos, muy vistosa en las ciudades, como otras tantas señales de demarcación horizontal, cumple una función más allá de lo decorativo. ¿No lo sabía? Veamos cuánto más no sabe:
Las balizas
Todo juego tiene sus comodines, y en el mundo vial el premio se lo llevan las balizas. Estas amigables y destellantes luces amarillas suelen ser como aquella señalización para la cual desconocemos cómo señalizarla, es decir... el 90% de las maniobras. Vaya abriendo los ojos de sorpresa:
La bocina
Diseñada inicialmente para llamar la atención o para indicar precaución, hoy su uso se ha diversificado enormemente. A tal punto que algunos desearían tener una bocina incorporada en el costado del volante, o como un pedal más, para poder presionarla con más frecuencia y menos esfuerzo...
La luz de giro
Este pariente tuerto de las balizas fue inventado para anunciar (a tiempo) que en lo próximo va a realizar un giro o cambio de carril en su vehículo. Como los anteriores, ¿adivine qué? Sí, señor, este indicador tampoco sirve para cometer imprudencias. Se las aclaro por las dudas:
Para ir cerrando, sírvase instruirse un poco más:
Conclusión final
Dentro de usted, aunque no lo crea, se esconde una persona amable y temerosa de las leyes. Si no, explíqueme ¿cómo es que si viaja al exterior y ahí conduce un vehículo, usted sabe portarse como un señor en las calles? Sí, me refiero a esos países donde curiosamente, junto a la ley convive la sanción por incumplimiento...
El semáforo

- La luz verde no quiere decir: "Acelere, que se está por poner en rojo".
- La luz amarilla no quiere decir: "Vamos, un último empujoncito al acelerador, ¡antes que se ponga en rojo!".
- La luz roja no significa, en ningún caso, "es casi verde", dándonos permiso para cruzar igual.
- La luz amarilla destellante significa generalmente que el que no funciona es el semáforo, no sus frenos.
La senda peatonal

- Empezamos por lo básico: usted y su vehículo no son una bola de bowling y esas personas que ve caminando sobre la senda (que, para su información, se llaman "peatones") no son bolos a derribar.
- Si ya sabía eso, le tiro otra sorprendente noticia: el peatón tampoco es un obstáculo móvil al que usted puede jugar a esquivarlo por una mínima distancia infundiéndole miedo.
- Si, a pesar de su experiencia con los semáforos, usted decidió frenar, le informo que las rayas blancas mencionadas no son una playa de estacionamiento sobre la que los muy desubicados peatones deciden transitar.
Las balizas
Todo juego tiene sus comodines, y en el mundo vial el premio se lo llevan las balizas. Estas amigables y destellantes luces amarillas suelen ser como aquella señalización para la cual desconocemos cómo señalizarla, es decir... el 90% de las maniobras. Vaya abriendo los ojos de sorpresa:
- Primero y principal, las balizas no son un anuncio para los vehículos cercanos para decir "guarda, voy a hacer una maniobra inesperada o imprudente en cualquier momento, mantenga distancia".
- Las balizas no convierten una zona prohibida para estacionar en permitida. Tampoco sueñe con que el inpector de tránsito interprete que esas balizas significan "ya vuelvo, inspector, no es tan ilegal si me estaciono acá un ratito, ¿no?".
- Estacionar en doble fila no es algo que deja de estar mal al accionar las balizas. Pruebe apagarlas y verá que el humor de los embotellados por su culpa no empeora.
La bocina
Diseñada inicialmente para llamar la atención o para indicar precaución, hoy su uso se ha diversificado enormemente. A tal punto que algunos desearían tener una bocina incorporada en el costado del volante, o como un pedal más, para poder presionarla con más frecuencia y menos esfuerzo...
- Tal vez usted, por precaución o en su afán de respetar la ley, no saque brazos o cabeza por la ventanilla para comunicarse o llamar la atención de alguno que se haya cruzado, pero debe saber que la bocina no es un reemplazo potenciado de su voz y por lo tanto tampoco un dispositivo para proferir insultos.
- Si usted se encuentra embotellado y, démoslo por descontado, carece de paciencia, no crea que, iniciando o sumándose al potente coro de bocinas, eso provocará una crisis de conciencia al imprudente que provocó la congestión, o menos aún, que el resto de los vehículos de la zona piensen que fue mala idea transitar por el lugar en horario pico y en consideración a usted se retiren de la misma: la bocina no es un descongestionador de tránsito.
- Como una combinación de los dos puntos anteriores, tenga en cuenta que la bocina tampoco es un reemplazo del freno, ni tampoco significa un "¡correte, boludo!", que lo habilitan a usted a no aminorar su marcha o evitar que (como siempre) llegue tarde a sus compromisos, cuando alguien se interpone en su camino.
La luz de giro
Este pariente tuerto de las balizas fue inventado para anunciar (a tiempo) que en lo próximo va a realizar un giro o cambio de carril en su vehículo. Como los anteriores, ¿adivine qué? Sí, señor, este indicador tampoco sirve para cometer imprudencias. Se las aclaro por las dudas:
- Si hay un cartel de ésos con flechas tachadas por una franja roja, a saber, los que indican, por ejemplo, "no doblar a la izquierda" o "prohibido girar en U", la luz de giro en ese sentido no oficia de anulador de dicha franja.
- A pesar de parecer una sutil diferencia, no es lo mismo encender la luz de giro para decir "precaución, voy a doblar" que "guarda boludo, que doblo". Si no sabía la diferencia, le comento que al provocar un repentino frenazo en aquel cercano vehículo por su maniobra anunciada, la luz de giro no significa un "yo te avisé, no te quejes".
Para ir cerrando, sírvase instruirse un poco más:
- Ese lugar donde no hay coche alguno estacionado en la cuadra, aquél donde hay una cochera de ingreso, no es para que afortunados como usted estacionen.
- Una encrucijada de calles no sólo es un lugar por donde usted puede doblar, también es un lugar de donde provienen otros vehículos.
- Ligado al anterior punto, sepa que los vehículos, al menos aún, no poseen la propiedad de superposición. Y de poseerla, será lo último que posean luego de cómo queden ambos vehículos.
- Que usted no encienda las luces por la noche porque considera que ve igualmente, no quiere decir que a su alrededor todos tienen su capacidad de visión para percatarse de la presencia de su coche.
Conclusión final
Dentro de usted, aunque no lo crea, se esconde una persona amable y temerosa de las leyes. Si no, explíqueme ¿cómo es que si viaja al exterior y ahí conduce un vehículo, usted sabe portarse como un señor en las calles? Sí, me refiero a esos países donde curiosamente, junto a la ley convive la sanción por incumplimiento...